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Destacado
Explorar la riqueza de Perú, donde los tesoros arqueológicos y la diversidad natural se mezclan con una vibrante tradición culinaria. El viaje comienza en la histórica ciudad de Cusco, donde descubrirás monumentos incas como Sacsayhuamán y la ciudadela de Machu Picchu, mientras que los majestuosos Andes te llevarán hasta la colorida Montaña de Colores.
A lo largo de esta aventura, no solo caminarás entre paisajes espectaculares, sino que también saborearás lo mejor de la gastronomía peruana. Disfrutarás de cenas tradicionales, almuerzos buffet y participarás en una clase de cocina donde aprenderás a preparar platos emblemáticos como el ceviche, experimentando de primera mano los sabores que definen la cocina peruana.
Con momentos de calma en la ciudad y aventuras inolvidables en las montañas, este viaje es una mezcla perfecta de historia, naturaleza y gastronomía. Al final de cada día, llevarás contigo no solo las imágenes de paisajes impresionantes, sino también los sabores que hacen de Perú un destino único.
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Itinerario
Desde el primer momento en que pises el aeropuerto de Cusco, sentirás que estás comenzando una aventura única. El aire fresco de los Andes te da la bienvenida, mientras un amable representante de Sumaq Travel te espera con una sonrisa cálida, listo para acompañarte en el trayecto hacia tu hotel.
El viaje desde el aeropuerto hacia el corazón de la antigua capital del Imperio Inca es solo el comienzo. A medida que el transporte te lleva por las estrechas calles de piedra de Cusco, tu mirada se pierde en los balcones coloniales, las plazas vibrantes y la grandeza que aún guarda esta ciudad legendaria. Al llegar a tu hotel, la sensación de estar en un lugar especial te envuelve. Te instalas y empiezas a sentir la magia que impregna cada rincón de este destino.
Cuando cae la noche, te espera una deliciosa cena con un menú turístico que mezcla sabores locales y tradicionales. Es el cierre perfecto para un primer día lleno de expectativas y descubrimientos por venir. Cusco, con su historia y misticismo, te recibe de brazos abiertos, invitándote a explorar sus misterios
El sol de la mañana ilumina las cumbres andinas mientras disfrutas de un nutritivo desayuno en el hotel. Hoy, tu aventura te llevará a descubrir algunos de los paisajes más asombrosos y enigmáticos de los alrededores de Cusco, siempre acompañado por un guía experto que te revelará los secretos más profundos de estas tierras milenarias.
La primera parada del día es Moray, un sitio arqueológico que parece desafiar la lógica. Aquí, frente a las terrazas circulares que descienden hacia el corazón de la tierra, te preguntas cómo los incas lograron crear un laboratorio agrícola natural tan perfecto. El guía te explica cómo cada nivel tenía su propio microclima, lo que permitió a los antiguos pobladores experimentar con diversos cultivos. Mientras recorres el sitio, te sientes transportado en el tiempo, imaginando las técnicas avanzadas de los incas y su profunda conexión con la naturaleza.
Luego, el camino te lleva a las impresionantes Minas de Sal de Maras, que desde el mirador brillan como un mar blanco en medio de la montaña. Las miles de pozas rectangulares, que han sido utilizadas desde la época preincaica, te regalan una vista espectacular. Aquí, la naturaleza y la mano del hombre se fusionan en una obra maestra que ha resistido siglos, y mientras tomas fotografías del paisaje, puedes sentir la calma y la grandeza del lugar.
Para cerrar el día, te diriges a Chinchero, un pintoresco pueblo que parece detenido en el tiempo. Conocido por su tradición textil, este es un lugar donde las manos de las mujeres siguen hilando historias a través de los colores vibrantes de sus tejidos. La plaza principal, con su iglesia colonial y sus vestigios incas, es el escenario perfecto para entender la mezcla de culturas que define la historia peruana.
Al regresar a Cusco, la noche te recibe nuevamente con una deliciosa cena de menú turístico que te invita a relajarte y disfrutar de la hospitalidad local. Cada rincón que has explorado hoy ha dejado una huella en tu corazón, y al recostarte en tu hotel, ya sientes la conexión profunda con esta tierra sagrada
El nuevo día en Cusco comienza con un desayuno que te llena de energía para una jornada especial. Hoy te espera el Valle Sagrado de los Incas, un lugar mágico donde la naturaleza y la historia se entrelazan en cada rincón.
Acompañado de un guía experto, te sumerges en las historias de este fértil valle que una vez alimentó al gran Imperio Inca. A medida que el transporte te lleva por los caminos serpenteantes, el paisaje se despliega con majestuosas montañas, ríos caudalosos y campos verdes que parecen interminables. El aire fresco y puro llena tus pulmones, y te das cuenta de que este es un lugar donde la vida sigue fluyendo como lo ha hecho durante siglos.
Una de las primeras paradas es Pisac, con sus terrazas agrícolas que parecen escaleras al cielo. Desde lo alto, el valle se extiende ante tus ojos, y el guía te explica cómo los incas aprovecharon la geografía para cultivar y alimentar a su civilización. La sensación de paz te envuelve mientras caminas por las antiguas ruinas y contemplas la vista.
Luego, es hora de disfrutar de un delicioso almuerzo buffet en el valle, donde los sabores locales se fusionan en una experiencia gastronómica inolvidable. Los productos frescos de la región resaltan en cada bocado, y te sientes renovado para continuar el viaje.
Tras el almuerzo, te espera una experiencia única: el tren turístico hacia Machu Picchu. Abordas el tren y, mientras avanza por el paisaje montañoso, sientes que te diriges a un lugar lleno de misterio y maravilla. Las ventanas panorámicas te permiten contemplar el río Urubamba corriendo a la par, mientras las montañas parecen proteger el camino hacia la ciudadela inca. El guía te cuenta más sobre la grandeza de Machu Picchu, preparando tu mente para lo que será el día más esperado de tu viaje.
Al caer la noche, llegas a Aguas Calientes, el pueblo a las faldas de Machu Picchu. Te instalas en tu hotel, sintiendo la emoción de estar tan cerca de una de las maravillas del mundo. Mientras disfrutas de la tranquilidad del lugar, la expectativa crece: mañana será el día en que conocerás la legendaria Machu Picchu
Hoy es el día que tanto has esperado. Despiertas en Aguas Calientes, con el murmullo del río Urubamba corriendo al lado del pueblo, y tras un desayuno temprano en el hotel, te preparas para el viaje hacia la joya del Imperio Inca: Machu Picchu.
El bus te lleva serpenteando por las montañas, mientras la niebla matutina se disipa lentamente, revelando los picos majestuosos que rodean el santuario. Al llegar a la entrada de la ciudadela, una sensación de asombro te invade. Estás a punto de pisar uno de los sitios más sagrados y enigmáticos del mundo.
Tu guía te acompaña en un recorrido profundo por la ciudadela de Machu Picchu, donde cada piedra parece contar una historia antigua. Caminas por los senderos que una vez recorrieron los incas, y desde los miradores sientes la inmensidad de las montañas abrazando el lugar. Los templos, terrazas y plazas revelan el avanzado conocimiento de los incas en arquitectura y astronomía, mientras tu mente viaja a un tiempo de grandeza y misterio. La magia de este lugar, suspendido en el tiempo, es tan palpable que te detienes más de una vez simplemente para respirar y absorber la energía que emana.
Tras explorar cada rincón de este sitio monumental, regresas a Aguas Calientes para un merecido almuerzo en un restaurante turístico, donde compartes tus primeras impresiones sobre la experiencia. Las emociones están a flor de piel, y entre conversaciones y risas, sabes que este es un día que siempre recordarás.
El viaje continúa con el tren de retorno a Ollantaytambo, mientras las imágenes de Machu Picchu aún están frescas en tu mente. El paisaje, que parecía tan misterioso a la ida, ahora se siente como un amigo cercano que ha compartido contigo sus secretos. Al llegar a Ollantaytambo, un bus te llevará de vuelta a Cusco, donde pasarás la noche en tu hotel. Exhausto pero lleno de una paz indescriptible, te recuestas en tu cama, sabiendo que hoy tocaste un fragmento de historia, y que esa experiencia te acompañará por siempre
El amanecer en Cusco trae consigo una sensación de tranquilidad, y tras un delicioso desayuno en el hotel, te preparas para un city tour que te conectará aún más con la rica historia y cultura de la antigua capital del Imperio Inca.
Tu primera parada es la majestuosa Catedral de Cusco, un monumento que domina la Plaza de Armas y guarda en su interior siglos de historia y arte religioso. A medida que recorres sus vastos salones y observas sus impresionantes altares y pinturas, el guía te cuenta sobre la fusión de la tradición católica con símbolos andinos, haciendo de este lugar un reflejo de la resistencia y adaptación cultural.
La siguiente parada es el Qorikancha, el que alguna vez fue el templo más importante del Imperio Inca, dedicado al sol. Al caminar entre las perfectas paredes de piedra, sientes la precisión y el conocimiento de los incas en cada bloque tallado. A pesar de la conversión del templo en el Convento de Santo Domingo, la esencia de Qorikancha sigue viva, y la luz que se filtra por los patios parece tocar lo sagrado.
El tour continúa hacia las alturas de Sacsayhuamán, una fortaleza imponente que ofrece una vista privilegiada de Cusco. Las enormes piedras que componen sus muros son una muestra del ingenio y la fortaleza de los incas. Desde aquí, puedes apreciar cómo la ciudad se despliega bajo el cielo andino, como si fuera una extensión del mismo paisaje montañoso.
De regreso en Cusco, la tarde guarda una sorpresa especial: una visita al Centro Qosqo de Arte Nativo, donde podrás disfrutar de un espectáculo vibrante de música y danza tradicional cusqueña. Los colores, los sonidos y los movimientos te transportan a un pasado lleno de vida, donde las historias de los pueblos andinos se cuentan a través del arte.
Al terminar el día, regresando a tu hotel, sientes cómo Cusco ha revelado sus secretos más íntimos. Hoy, no solo has recorrido templos y ruinas, sino que te has sumergido en el corazón de una cultura que sigue viva en cada rincón de esta ciudad mágica
El amanecer aún no ha despuntado completamente cuando te preparas para uno de los días más emocionantes de tu viaje. Muy temprano, sales de Cusco con dirección a un paisaje que parece sacado de un sueño: la famosa Montaña de Colores. Antes de iniciar la caminata, disfrutas de un desayuno en un restaurante local, rodeado del aire fresco de la montaña, cargando energías para el desafío que tienes por delante.
El camino hacia la Vinicunca, como se conoce a la Montaña de Colores, te regala vistas impresionantes: montañas nevadas, cielos despejados y pequeños pueblos que salpican el paisaje. Conforme te acercas al punto de inicio de la caminata, la emoción crece. El sendero serpentea por las laderas de los Andes, y cada paso te lleva más cerca de una de las maravillas naturales más espectaculares del mundo.
A medida que asciendes, la altitud se siente en tus pulmones, pero la recompensa es más que suficiente. Finalmente, cuando llegas a la cima, te quedas sin palabras. Frente a ti se despliega un espectáculo de colores naturales: tonos de rojo, amarillo, verde y púrpura que parecen pintados por la mano de la naturaleza. La Montaña de Colores es un fenómeno geológico único, y estar aquí, en medio de este paisaje surrealista, te llena de una sensación de asombro y gratitud. Te tomas un momento para absorber la belleza y capturar este instante en tu memoria, junto con algunas fotos que seguramente serán inolvidables.
Tras el esfuerzo de la caminata, te diriges de vuelta al valle, donde te espera un delicioso almuerzo en un restaurante local. Los sabores tradicionales de la cocina andina te reconfortan y te ayudan a recuperar energías después de una jornada desafiante pero increíblemente gratificante.
De regreso en Cusco, la noche te ofrece un descanso merecido en tu hotel. Mientras te recuestas, piensas en la majestuosidad de los Andes y en cómo este viaje ha revelado ante ti algunos de los paisajes más impresionantes del planeta
El día comienza con un relajado desayuno en tu hotel, disfrutando de la tranquila mañana en Cusco. Hoy tendrás la oportunidad de vivir la ciudad a tu propio ritmo, con la mañana libre para explorar, descansar o quizás pasear por las calles empedradas, admirando la arquitectura colonial que se mezcla con los vestigios del pasado inca.
Después de una mañana de calma, te espera una experiencia diferente y deliciosa: una clase de cocina peruana. Al ingresar a la cocina, sientes el calor acogedor y el aroma de ingredientes frescos que pronto se convertirán en auténticas obras maestras culinarias. Con la guía de un chef local, aprendes sobre los ingredientes más representativos de la gastronomía peruana: la papa, el maíz, los ajíes y, por supuesto, el famoso ceviche, plato que ya es un ícono mundial.
Entre risas y aprendizaje, te sumerges en la preparación de platos típicos. Cada corte, cada mezcla de sabores, te conecta más con la cultura del país. El proceso no es solo culinario, sino una manera de entender la esencia de Perú a través de sus sabores. Finalmente, llega el mejor momento: la degustación. Saboreas tus propias creaciones, junto con un pisco sour, sintiendo la satisfacción de haber creado un plato con tus propias manos y el placer de compartirlo.
La noche llega y regresas a tu hotel en Cusco, con el corazón y el estómago llenos de la riqueza gastronómica peruana. El día ha sido una perfecta combinación de descanso, descubrimiento y sabores, una experiencia que se queda grabada en tu memoria junto a todos los momentos vividos en esta hermosa ciudad.
El último día de tu viaje llega con un toque de nostalgia. Disfrutas de un último desayuno en el hotel, saboreando el café fresco y los sabores familiares que has llegado a amar durante tu estancia en Cusco. Aunque es el final de esta increíble aventura, los recuerdos de todo lo vivido te acompañarán por siempre.
Después de preparar tus maletas, el equipo de Sumaq Travel te espera para el traslado al aeropuerto. A medida que el vehículo avanza por las calles que ya te resultan familiares, recuerdas cada paso dado, cada paisaje admirado y cada momento compartido.
Cusco ha dejado una huella en ti, no solo por sus monumentos y paisajes, sino por la calidez de su gente y la profundidad de su historia. Este viaje ha sido más que una serie de visitas; ha sido una conexión con el alma del Perú. Con una última mirada a las montañas que te rodean, sabes que algún día volverás, porque Cusco siempre te dará la bienvenida con los brazos abiertos
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